Hoy te he visto llorar,
hace un rato,
entre la calida atmosfera
que rodeaba el entorno,
y tu aliento empañando los cristales
de una noche vulgar,
llena de diminutos detalles
que no la hacían tan vulgar.
Tus lágrimas caían,
rezumando por tu piel,
dejándome frío,
inquieto y desconcertado.
Yo fui el testigo mudo,
atrapado en ti.
Todo el universo
paso a ser ese instante
y los demás instantes del mundo,
habidos y por haber,
dejaron de tener sentido,
razón, existencia y lógica.
Todo el universo se forjo
en cada lágrima desafortunada
que se asomo por tu parpado y cayo al vacío.
Nada más existió mientras tú llorabas.
Ahora estoy aquí,
y te acabo de escribir,
de definirme mientras te defino.
Hoy te he visto llorar, hace un rato y no se el porque pero... …no habrá un día en el que vuelvas a llorar y yo no sea tu testigo mudo y me atrape en ti.
Me importan una mierda
cuando se creen mas que yo,
rebozan sus actos en un gran charco de ego
y sonríen y balbucean de excitación
o callan y me miran fijamente
como sintiendo lastima de mi.
Me importan una mierda.
No hace falta darle importancia,
destacar los brillos de aquel cuadro pintado a mano
por un pintor olvidado en algún tiempo olvidado.
A veces ni siquiera se firma la obra,
a veces…
un artista es verdaderamente puro
cuando se aleja totalmente de su firma y no necesita ser reconocido. (un espectáculo)
Pero no te confundas, esto solo pasa a veces.
Otras veces,
simplemente eres artista porque te idolatran,
aquellos que te miran irguiendo el cuello hacia arriba,
orgullosos y satisfechos de coger lo que les das,
o mejor dicho, lo que quieren recibir:
Algo sencillo hecho a su medida que les evite pensar mas de la cuenta.
Pese a esto, ellos no se percatan de ello,
ni si quiera tu, que sigues sus patrones de conducta.
Tienes el arte que ellos quieren.
Cuando esto pasa, te das baños de ego puro
y sigues creando y creando mas arte
sin forma, sin contenido, sin sentido, sin arte.
Esto me lleva a la conclusión de que no se que es el arte.
El arte es lo que quieren que sea:
Cogemos una mierda grande y gorda
la ponemos en un cuadro,
bien aplastadita,
y tenemos arte.
A mi no me importa lo que sea el arte,
yo solo escribo gilipolleces
que después tú lees buscándoles algún sentido,
a su vez, intento que digas: Que razón lleva este tipo.
¡Somos unos artistas!
No sabemos a donde vamos, ni tu ni yo.
Somos perdidos, como todos,
en busca de algo que nos sustente,
nos haga flotar
y no hundirnos en el fondo,
en los oscuro, en lo mas negro,
donde nace el fin del arte.
Así que…
no obstante,
y pese a este estropajo de palabras que acabo de escribir,
repito, con toda la satisfacción del mundo,
sin usar ningún tipo de palabra que pueda despistar
y sin hacerme más el interesante…
Que me importan una mierda
cuando se cruzan y se apartan,
caminan a mi lado y se mofan,
me compadecen o me desprecian,
y susurran a los oídos de la indiferencia
para despertarla mientras duerme y que me juzgue.
Me importan una mierda.
Al igual que yo a ellos les debería de importar otra mierda cuando también suelo hacerles lo mismo.
Voy a escribir un poema, sentado, lejos de lo demás, horneando sentimientos crudos, liberándome, respirando por fin. Estar condenado a la fatiga es algo que me nutre el corazón, respirar por fin, hace que siga latiendo. Solo lo entienden algunos la mayoría no saben de que estoy hablando. ¿Y tú? No me importa. “Brisa que me adornas, cantos de amapola, Lares por donde pasa …un tren cada hora, destino… algún sitio lugar…cualquier parte, momento de papel en el que logro abanicarme, Viento ciego y loco cante libertario, sitio donde nací y en donde vivo a diario, sol, romero y sal, tequila de olvidar, boceto de una risa que me quiere dibujar, palabra que me escribe, voz que me recita, mano de hormigón y terciopelo la boquita, rezumar por mi como una gota de resina, bucle temporal que empieza donde termina, Condena de ser, respirar por fin esta fatiga mía nacida de mi trajín.”
Vivo borracho sin haber bebido, entre los restos de una taza de té, entre los restos de algunos libros que leí, otros que quedan por leer y no se si leeré algún día, entre una mesa llena de trastos, entre poco espacio, entre fotos, entre hueco y mas hueco, entre humo…en fin, no se, entre millones de entres.
Ocupado sin oficio, sin obligaciones, sin horarios, sin dinero y con mucho tiempo libre.
Ocupado con mucho tiempo libre.
Comparo mi mente y mi persona con un manojo de hojas secas tiradas por un sofá, por poner un ejemplo absurdo, lleno de revistas y migajas de pan duro. Nadie sabe que hacen unas hojas en un sofá. Podría decir que soy un desecho social, pero ¿quien no lo es? Soy una maquina de estrés acumulado, de frustración artística y talento malgastado, de teorías absurdas, de gilipolleces salidas de contexto ¿Qué se yo? Soy el ego puro personificado o mejor dicho…deletreado, tecleado, ado ado ado… Soy un fantasma, un fraude, un impostor, un escritor maldito, un escritor moderno, un gilipollas que se cree escritor… Así podría estar todo el día. Seguro que no te gusta lo que lees, pero quieres terminarlo.
(Fin) aquí se acabo el poema, amigo. Si es que esto es un poema.
“Momento de papel
en el que logro equivocarme,
desnudarme a la vera
de los ojos de nadie,
ante las críticas de cualquiera.”
…Calido verano
de complejos y de danzas
de muñecos de cartón
que te destrozan cuando avanzas.
Guerra tras guerra,
veleta sin norte,
momento de papel
en el que pierdo mí nombre.
No…
No quiero reglas ni castillos
en arenas movedizas,
soy el alma de quien vio
al pobre sol hecho cenizas.
Larga cuesta
por el anochecer de la tardanza
voy sudandole al rocío
para pedir esperanza.
Se que…
Dentro de la piel
hay un mundo distinto
un dulce corazón
envuelto por un laberinto,
Racimos de uva
colgados de un trapecio
por donde su dulzura
vale más que cualquier precio.
Y tu…
Que me pides enseñarte lo que nace del suspiro de un niño que duerme placido y teme a lo desconocido. Y yo… Que broto del suelo sin bandera y sin vestido, …haciendo por vivir y viviendo lo vivido.
Vuelve la oscuridad y quedo atrapado de nuevo en su red.
Sin apenas aire. Sin apenas voz.
Escudriñando entre la maleza social otra manera de sobrevivir menos trágica, pero eludiendo engañarme.
No hay otro camino, deja de obstinarte.
Y cada día más taquicardia:
"Bum, bum, Bum, bum" Sospecho de todo el mundo. ¡Impostores! Os espío por el relente de vuestras pupilas… …en fin Otro día más otra batalla más otra victoria más y otra derrota. Nos vemos, pero no nos observamos. Así avanza todo, el mundo: Millones de televisores para millones de soñadores. Ellos lo saben, yo losé tú lo sabes, te dan lo que quieren chico y seria una pena ignorar a la esperanza. Sigue por el buen camino.
Estoy cansado de jugar y perder, ya no volveré a jugar, dedicaré los días a vagar por mi mismo y olvidar. Me alimentaré de miradas, de roces, de bebidas baratas y de sueños. Y eso será mi vida: un sueño. Sueño de papel escrito en tinta, mojado y turbio. Me convertiré en alguien que no está, en algo que algún día fue. Me ahogaré en el recuerdo y me aliviaré formando parte de esta misma nada. Vomitaré en cada suspiro, en cada revolución, en cada aliento que nada por lo absurdo. Soy la sombra de lo que siempre quise ser, un puño cerrado que finge guardar algo. Soy sinsentido, un punto de vista que solo existe en mí y nadie jamás podrá ver. La espuma de algún licor, un vaso medio vació, un deseo arduo, algo que siempre tendré cerca y jamás alcanzaré. Soy lo incompatible con el resto, el momento antes del final, el momento de después. Y entre todo lo que soy, muero y dejo de existir, completamente perturbado, alejado de la verdad, abrazado a la duda. Y de repente no se nada, más que estoy escribiendo, porque al fin y al cabo, escribir es lo que siempre me encuentra mientras me pierdo.
Estoy cada dos por tres en una cama distinta, he conocido tantas amantes como poros hay en la piel, sin pensar en mucho más que en gozar. He amanecido al lado de muchas caras y perfumes después de deleitar mi ego, llegando incluso en ocasiones a aburrirme. Subrayo muchas veces al día la palabra “sexo” y le doy importancia, la aplico a mi vida cotidiana sin mero reparo o prejuicio. Amantes de mimbre, de cemento, de pasión o lujuria; de caos circunstancial, de tristeza o de amor efímero infinito. Por las esquinas me rodeo de putas que hacen su vida como yo hago la mía y todos fingimos ser libres. Ninguna me idolatra si me ve en un supermercado, sin embargo, cuando estamos a solas, me repiten constantemente, titubeando entre gemidos: “¡cabrón!”, mientras me arañan la espalda. Nunca he necesitado del dinero para ello, y no creo que algún día lo necesite. Ellas me adoran, me complacen, a veces hasta me miman. Yo las nutro de mi semen, y así voy de flor en flor, dejando caer el polen con una sonrisa larga en lo más alto de mi ego.
Sin embargo, me siento el hombre mas vacío del mundo.
Dime porque no quiero nada, dime tú, porque siempre estoy llorando, retorciendo los minutos en mi puño para alejar cualquier amanecer que refleje mentira.
Al fin y al cabo la claridad es lo único que es de verdad y de lo único que huyo.
Vivo en la sombra casi todo el rato, admiro la negrura que destiñe las cosas y me permite crear formas en la oscuridad.
Lejos, de la realidad que embiste contra mis ilusiones, que son sueños disfrazados de verde, verde como mis ojos, con los que veo más allá de cualquier obstáculo sin darme cuenta de que en realidad no veo nada.
Ligera pluma escondida en los poros de mi piel, hace que vuele hacia donde nadie ha volado.
Soy un buscador de paraísos olvidados, y el mundo sigue girando y la gente sigue visitando al dentista.
La ley seca me hace preso de la nada y del todo que envuelve la vida, yo solo voy gritando anhelos descuajados por mil aventuras que algún día fueron. Pero nada más me queda, solo este poema y esa botella llena que para mí esta tan vacía. Ese televisor, ese rato y esa canción y esa mierda con forma de nube.
Nada más queda.
“Cubierto por la espesura de los cielos que he volado guardo un retazo …por la niñez que ya ha pasado”.
